Israel, pueblo amado, aún tus ojos están velados,
y no conoces lo que es tu paz;
sólo los que por su inmensa misericordia
hemos sido injertados a la vid verdadera
¡CRISTO JESÚS!
¡El redentor de nuestras almas!
¡PRINCIPE DE PAZ!
Podemos contemplar, orando por ti,
tu proceso, amargo, difícil;
conociendo que es el cumplimiento
profético de tu destino,
el camino hacia tu redención...
Que aún en tu extravió
viene en tu rescate,
con los brazos abiertos
¡¡¡Lleno de amor!!!
Para decirte
¡¡¡Pueblo mío!!!
¡¡¡Vuélvete a mí!!!
¡¡¡YO SOY TU REDENTOR!!!
Ese día, grandioso, glorioso
¡Lo conocerás!
Él será tu Rey y Señor
¡Sólo en Él está tu PAZ!
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